Llevare en mi alma
el sello de tu aroma impregnada
dentro de mis más íntimos sentimientos…
Decir adiós, es borrarte de mis pensamientos
decir adiós, es sacarte de mis venas
decir adiós, es olvidarme de tus besos…
Si… el amor que un día sentí
confieso que lo perdí por ahí
y es que al no poder dejarte de amar
la espina saca reluciente un dolor…
Y es que tu frio y calculador corazón
ha dejado en mi pecho
una herida cruel de amor
un dolor sin razón que me deja sin esperanzas…
Los hechos me hacen comprender
que en este amor el desengaño fue peor
y como perdí toda ilusión este amor muerto
no me culpes mi vida por esta despedida…
Y con lagrimas en el alma te digo adiós
hasta nunca vida mía, mejor me alejo
porque la despedida me sabe a amor
porque te amo todavía…
Y olvidare… como el viento olvida a la nube
como el agua cristalina deja la piedra
como el sol que deja la luna
como escarcha que se desvanece al amanecer…
aunque el sol nunca más salga en mi vida
aunque la primavera no llegue ya mas
pero te digo adiós… y te amo todavía…
Autor: Evaristo Cruz
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